En 1500 Rodrigo de Bastidas,
capituló la conquista del sector del litoral Caribe, que se extendía desde el
Cabo de la Vela hasta la desembocadura del Atrato. Fue recibido por los
indígenas pacíficamente, como primer europeo que veían en sus tierras. Comerció
con ellos mediante el “rescate”, intercambio de mercancías (espejos, víveres,
machetes, etc.; por oro, perlas, nácar, telas, etc.), siguió luego la costa
hacia occidente y descubrió la desembocadura del río Magdalena.
En 1508 el conquistador Alonso de
Ojeda, quien “capituló”, el territorio antiguamente recorrido por Bastidas. Lo
acompañaba, Juan de la Cosa, autor del primer mapa geográfico basado por los
descubrimientos hechos hasta 1501. Por su parte Diego de Nicuesa, “capituló” la
conquista de veragua al norte del territorio de Ojeda.
Posteriormente Ojeda sitió la
actual Cartagena, donde los indígenas, desconfiados por los continuos asaltos
de los cristianos, habían variado su anterior carácter pacífico, tornándose aguerridos
y agresivos enemigos de los invasores. Para pacificarlos salió de Calamar, un
contingente conquistador, al mando de La Cosa, quien fue atacado, muriendo
varios españoles con él.
Marchando hacia el oeste, Ojeda
llegó a Urabá y fundó en 1509 un pueblo: San Sebastián de Urabá, primer poblado
de españoles en tierras actualmente colombianas. En el intento por pacificar a
los indígenas del Sinú, las enfermedades y el hambre eliminaron a los hombres
de Ojeda, obligándolo a regresar a Santo Domingo donde murió.
Posteriormente, Francisco
Pizarro; conquistador del Perú fue elegido caudillo de los hombres. Llegando
con su gente a Calamar, encontró allí a Martín Fernández de Enciso, socio
capitalista de Ojeda, quien enriquecido en Santo Domingo, decidió probar suerte
en la empresa americana, trayendo en su navío un grupo de nuevos pobladores
provistos de armas y provisiones.
Más con amenazas que buena
voluntad, la tropa al mando de Pizarro fue obligada por Enciso a regresar a San
Sebastián. Al llegar encontraron los escombros del pueblo que había sido
quemado por los indios; mientras el navío que llevaba las provisiones naufragó
y sólo se salvó la tripulación.
Ante la grave situación en que se
encontraba el ejército, se reunió el llamado “cabildo abierto” y se eligió a
Balboa como caudillo. Tal elección produjo significativos cambios en la
política colonizadora: Fernández de Enciso fue degradado del cargo de alcalde
mayor y el “común” eligió un nuevo cabildo con sus regidores, alcaldes y
oficiales.
Con la aceptación del común,
Balboa abandonó la región, la cual volvió a ser “tierra de nadie”. Paso con su
ejército a la otra banda del río Atrato y fundó un nuevo pueblo con el nombre
de Santa María la Antigua del Darién. Ante tal situación, Diego de Nicuesa
protestó, pues caía en tierras de su gobernación, entonces Balboa procedió a
embarcarlo a la fuerza y enviarlo a Santo Domingo.
El 1 de septiembre de 1513 en
compañía de 180 hombres Balboa desembarcó en Acla, puerto del Atlántico, al
norte del Darién, y avanzando por esas tierras divisó el 25 del mismo mes, el
océano Pacífico, abriendo una vía directa al lejano oriente.
Balboa prosiguió los preparativos
para explorar las tierras de su gobernación en litoral del Pacífico. Pero las
intrigas en la Corte de España continuaron lo acusaron de rebeldía contra las
autoridades locales, de traidor al Rey y de amotinar al pueblo. Por estas
razones se le entabló un juicio, condenándolo a muerte.
*Fuente: Fasciculo 2 Historia de la Ciencia III Semestre
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