La Gobernación de Cartagena


Cartagena estuvo sometida a constantes expediciones esclavistas desde su descubrimiento. Las expediciones de 1509 desembarcaron todas en Cartagena, creada la gobernación de Castilla de Oro, la costa atlántica entró a depender de ella, y continuó siendo un terreno de caza de esclavos y de viajes de comercio.

En 1523 Gonzalo Fernández de Oviedo obtuvo el derecho exclusivo para comerciar en Cartagena y en las regiones vecinas, obligándose a establecer una fortaleza permanente. En marzo de 1525, el mismo Fernández de Oviedo obtuvo una capitulación para la conquista de la región, que recibió el nombre de gobernación de Cartagena, la capitulación de Oviedo incluía el derecho de esclavizar a Los “Caribes” de Cartagena. Sin embargo, Oviedo no logró ningún resultado, y la costa siguió sometida a robos, saqueos y esclavizaciones durante los años siguientes.

El 4 de julio de 1532 una nueva disposición de la corona española preparó el terreno para una colonización de Cartagena: Pedro de Heredia, quien había estado entre los conquistadores que acompañaron a Pedro Vadillo en Santa Marta, de donde según salió con “razonable caudal de rancheos, rescates y salarios”, recibió licencia para rescatar en Cartagena, sujetar a los indios y administrar justicia. El grupo colonizador de esta región era abierto: es decir, todos los españoles que quisieran ir a vivir a la gobernación podían hacerlo, y podían con igual libertad abandonar a Cartagena.

Cuando llegó a la tierra asignada, Heredia fundó la ciudad y puerto de Cartagena. Posteriormente realizó salidas de reconocimiento, encontrando gran hostilidad entre los indígenas. Pero su gran actividad se concentró en la exploración del Sinú, donde se hallaron tumbas de indígenas, fáciles de saquear. El puerto que fundó, era visitado frecuentemente por comerciantes y navíos. El número de habitantes creció bastante, a tal punto que a principios de 1535 Cartagena contaba con 800 vecinos, “hombres de guerra” provenientes de Santo Domingo o directamente de España.

Cartagena se vio muy pronto superpoblada por la afluencia de personas atraídas por el señuelo del oro. Este aspecto favoreció indirectamente el descubrimiento de nuevas tierras del interior. Durante el gobierno de Pedro de Heredia se produjo la repoblación del antiguo sitio de San Sebastián de Urabá, pese a la oposición de Castilla de Oro, gobernada por Francisco de Barrionuevo. Se desató una verdadera guerra entre las gobernaciones dando como resultado muertos y prisioneros; lo que provocó la intervención de la Real Audiencia.

*Fuente: Fasciculo 2 Historia de la Ciencia III Semestre   

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